El hombre cambia a cada instante.
Esos cambios se producen bajo el efecto de choques exteriores que él no puede nunca
prever, así como no puede prever sus propios cambios interiores.
Al sabor del viento, es llevado por las corrientes de la vida y por sus propias
fluctuaciones de humor. En su vida ilusoria, el hombre comun es regido por la Ley del
Acaso, o Ley del Accidente. Para escapar a esa influencia, Gurdjieff propone métodos
específicos como la auto-observación, el trabajo sobre si mismo (individual y en
grupo), ejercicios y movimentos para que el hombre se haga maestro de si mesmo.